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| Paul Arden |
Ese mismo día alguien me dijo que el joven estaba llorando en su despacho.
Acudí a consolarlo.
-No te preocupes, yo a tu edad también era un inútil -le dije.
Extracto del libro "Pienses lo que pienses, Piensa lo contrario".
29 de octubre de 2011
La esencia de Paul Arden
Ese mismo día alguien me dijo que el joven estaba llorando en su despacho.
Acudí a consolarlo.
-No te preocupes, yo a tu edad también era un inútil -le dije.
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La realidad es que es así como nos sentimos algunos. Quizà decir inútiles es demasiado, pero no lo es darse cuenta de que nos queda mucho por descubrir dentro de nuestro pequeño entorno y fuera de él, sobretodo fuera de él. Son estas dudas, la inconformidad de que nuestros conocimientos sean tan reducidos, las que nos llevan a crecer, a hacernos cada día menos ignorantes. Incluso el día que estemos seguros de no ser "inútiles" en nuestra profesión, debemos saber que sí lo somos en el resto, y que si fuese posible medir nuestro conocimiento con un tanto por ciento, éste empezaría por "0,0...".
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